viernes, 28 de junio de 2013

DIA 16 - 02 JUNIO 2013 – Hong Kong, Macao –



Nos levantamos a las 08,30 h después de que sonase el despertador por última vez durante este viaje.  Ya habíamos dejado preparado todo la noche anterior, en cuanto a las maletas, puesto que hacemos el check out ya, aunque vayamos a pasar el día completo aún en la ciudad ya que el vuelo no sale hasta la noche a última hora.

 

Dejamos las maletas abajo en recepción, en una sala adecuada para ello, y nos vamos directamente tras desayunar nuestro zumo, café y bollo comprado en el súper.  Cogemos el bus del hotel que nos baja hasta Tsim Tsa Tsui, y ahí nos dirigimos hacia donde salen los ferries.  Hay que andar un rato y tenemos que preguntar puesto que hay muchas zonas diferentes desde donde salen muchos ferries, hasta encontrar el que va para Macao.


 

 


 


Salen cada media hora y hay un jaleo allí enorme, puesto que hay muchas compañías diferentes que venden tickets. Compramos un fast boat, que es uno que va rápido y tarda una hora en llegar hasta Macao, ya compramos ticket de ida y vuelta.  Cogeremos el de las 09,30 por la hora que es.  Tenemos que pasar como si saliéramos del país, enseñando Pasaporte, y detector y todo. 

 

Subimos al barco, todo está muy bien organizado y va muy rápido, en nada de tiempo nos pasan, nos suben y sale puntual, incluso es que se llena el barco, y es muy grande. Hay mucha gente por lo que veo que va de turismo a Macao.  De nuevo hace un día muy soleado, vamos a bastante calor.

 

Macao es una antigua colonia portuguesa, que recientemente en 1999 lo recuperó China, y ahora está en un régimen especial de una ciudad-dos sistemas.  Está como Hong Kong, bajo administración china, pero funcionan de manera propia.  De hecho tienen moneda propia, el pattaca, que tiene el mismo valor que el dólar hongkonés.  Es muy conocido sobre todo por el tema de los casinos, de hecho es como el Las Vegas asiático, incluso sus casinos me dice Miguel facturan más.  Uno de ellos salió recientemente en la última película de 007, que es espectacular.

 



 

Llegamos a Macao, y lo primero que hacemos nada mas llegar es coger plano de la ciudad, para poder movernos mejor.  Rápido ya se nos acercan gente para ofrecerse como guía-taxi, para llevarte a los sitios más importantes y esperarte y explicarte, pero el precio que nos dicen es muy elevado.  Así que decidimos coger un taxi normal para ir hasta el centro, que está algo alejado del puerto y desde ahí poder movernos.

 

Nada mas subirnos al taxi me pongo a puntear en el mapa las cosas que teníamos anotadas para visitar, recomendadas, y así organizarnos mejor.  Y es que el tiempo es oro, hemos calculado que más o menos tenemos que regresar en el ferry de las 16 o 16,30 como muy tarde, luego tenemos unas 5 horas.  El taxi no tarda nada en llegar al centro y el precio que nos cobra está muy bien, por lo cual nos damos cuenta que las distancias allí son cercanas y podemos coger taxi en caso de andar justos.   Al pagarle me da la vuelta en monedas locales, guay, para guardarlas de recuerdo.

 

Nos deja en Largo de Senado, todo el centro, de hecho es peatonal toda esa zona.  Hay mucha gente por allí y casi todos van con paraguas para combatir el sol, que pega fuerte. Tras ver la plaza central con el Senado, nos vamos hacia el sitio supuestamente más bonito, las ruinas de San Pablo.   Está muy bien, porque al ir hacia allí vamos por callejuelas y podemos ver como muchos edificios por esta zona mantienen el estilo antiguo europeo (portugués).  Destaca la Iglesia de Santo Domingo.  Hay muchos puestos, muchísimas tiendas, y nos parece curioso sobre todo que constantemente te ofrecen para probar algo que parecen tiras de carne, de diferentes tipos, aunque no dejan de repartir a la gente, no les va a salir rentable.  Lo probamos y está bueno, incluso dulce.

 



 

No tardamos nada en llegar a las Ruinas de San Pablo, y es espectacular, la fachada, puesto que es lo único que se conserva de esta antigua iglesia que sufrió un incendio y que solo ha mantenido esta espectacular fachada.   Solo puedo decir una cosa: muy bonita. Al lado está la fortaleza del Monte, otro de los lugares señalados. Era el lugar de defensa de la ciudad, amurallado, como su nombre indica, de hecho arriba hay unos cañones, y unas vistas muy chulas.  Pero el sol está azotando de lo lindo, tenemos que ir descansando a la sombra, para no morir. 

 



 

Bajamos de la Fortaleza y ya tenemos hambre, por lo que vamos ya buscando sitio mientras callejeamos para comer.  Lo único es que sólo vemos sitios de comida asiática y la verdad es que nos apetece algo de comida occidental, yo quiero carnaca.  De repente cuando ya parecía que teníamos que desistir, aparece un Pizza Hut.  No lo dudamos, para allá que nos vamos a comer.  Es muy amplio y muy bien organizado y encima no solo tienen pizzas, también hay platos así que genial.  Me pido un plato de pollo asado con patatas, que es muy grande, mas de un cuarto que es lo que me esperaba. 

 



 

Terminamos de comer, son las 13,30 h aproximadamente, vamos bien de tiempo, porque se patea bien la ciudad.  Ahora vamos a ver los casinos más importantes de aquí, que están cerca.  Son los casinos Lisboa y Grand Lisboa.  Son espectaculares los dos, sobre todo el Grand Lisboa.  Eso por la noche iluminado debe llenarse de gente y estar precioso.

 

Intentamos entrar, puesto que vamos en pantalón corto y además Miguel va en chanclas y no sabemos si se podrá. Tenemos suerte y si que nos dejan pasar, aunque dentro no se puede hacer fotos, cosa lógica.  Y dentro ya hay bastante gente jugando, mucho turista aficionado, por la pinta que tienen “no son peces gordos”.  Hay muchas, muchísimas mesas, de diferentes juegos, cartas sobre todo.  Nos movemos por allí y vemos y nos paramos en alguna mesa para verles jugar.

 



 
Según caminamos dentro del casino vemos la zona donde se maneja la pasta, porque aparece un cartel indicando la apuesta mínima que es bien elevada.  Ahí es donde luego por la noche debe manejarse cantidades de espanto.  Se puede pasar desde el Grand Casino al hotel que tiene el propio casino, que debe valer una pasta alojarse.  Y ya salimos de allí con la sensación de estar fuera de nuestro ámbito.  Miguel, que ha estado en Las Vegas, dice que allí es como este, pero a lo bestia, con multitud de casinos uno tras otro.

 

 



 

Nuestro siguiente punto de visita es la Torre de Macao, que está bastante alejado de todo, en la punta sur de la isla, por lo cual lo que hacemos es coger un taxi para ir hasta allá, que no nos costará nada y estamos en un periquete, porque andando con el calor que hace sería una estupidez.   Es otra de las torres más altas del mundo, me estoy dando cuenta que últimamente subimos a los sitios más elevados, ya van unos cuantos.

 



 

El taxi nos deja justo en la entrada y compramos el ticket para subir.  Es algo caro por lo que veo el venir de turismo a Macao.  El ferry ya me pareció caro el ticket de ida y vuelta, y la subida a la torre no es que sea muy caro, pero en Hong Kong subimos gratis.  Cogemos el ascensor y la planta que subimos es más que cuando subimos en Hong Kong.  Las vistas desde arriba sin palabras, además puedes ir dando la vuelta y ver desde todos los ángulos Macao y sus alrededores.   Se ve que es pequeña Macao, hay otro par de islas, que están unidas por puentes muy largos sobre el mar. 

 



 

Descansamos un rato en lo alto de la torre, con el aire acondicionado, y sentados mirando por los ventanales, cuando de repente veo una cuerda gruesa y me comenta Miguel que eso es gente que hace puenting desde lo alto de la torre, que había leído que era una actividad bastante demandada, pero la verdad es que me cuesta creerlo, que barbaridad, con esa altura, la gente está loca.  De repente oigo un grito y veo caer a una persona al vacío colgada por la cuerda que antes comentaba, confirmado, la gente está loca.

 



Bajamos ya de la Torre y ya sólo vamos a hacer una visita más antes de irnos para el puerto a coger el ferry y es además es algo que está al lado, genial.  Cogemos el taxi y le pedimos que nos acerque al muelle de los pescadores, aunque no consigue entender donde queremos ir, y tenemos que marcárselo en el mapa.  Y se supone que es un lugar turístico.  Cuando llegamos nos damos cuenta que es que está cerrado, pero se puede ver algo el muelle, que es donde la gente antiguamente se dedicaba a la pesca.  Muy cerca del muelle está otro de los casinos importantes de la ciudad, el casino de Sands.

 



 

Desde ahí ya vamos andando hacía el puerto para coger justo el ferry de las 16,00 h como habíamos calculado, todo perfecto.  Nos ha dado tiempo a ver bien la ciudad, no tiene tampoco mucho más, salvo que quieras jugar en los casinos claro.

 

Subimos al barco y sale puntual de nuevo, para echar una cabezada en el trayecto de una hora de vuelta.  Al llegar a Tsim Tsa Tsui, antes de ir al hotel, nos acercamos a la estación de metro para devolver las tarjetas Octopus que teníamos y es que te devuelven una parte del dinero que pagaste al comprarla, es como una fianza.  Es una idea muy buena esta tarjeta, además te sirve no sólo para el metro, sino para museos, entradas de otro tipo, incluso en un mcdonald o un supermercado se puede pagar… Brillante.

 

 

Nos subimos al bus que nos lleva al hotel y tal y como lo teníamos todo organizado y preparado, cogemos la ropa que habíamos separado y nos subimos al ático del hotel a darnos una ducha donde la piscina, puesto que nos dijeron que podíamos usarlas.  Es genial poder así irnos al aeropuerto tras la ducha y ponernos ropa limpia.  Todo perfecto.  El autobús que sale del hotel hacia el aeropuerto es a las 20,15 así que tenemos un rato para poder estar en el hall en internet y yo voy al super a comprar algo de bebida y algo de picoteo y así de paso gastar el dinero que nos sobra.

 

Nos subimos ya al bus hacia el aeropuerto y nos despedimos de Hong Kong, bonita ciudad, aunque para vivir un poco locura.  Tenemos bastante tiempo de margen hasta que salga el vuelo, aprovechamos para facturar las maletas, y yo para escribir un rato lo último ya del blog.  Lo de que haya WIFI gratis en los aeropuertos es magnífico.

 



 

Miguel se va a cenar algo y yo a comprar un recuerdo con las monedas que nos quedaban. Yo como nos dan en el avión de comer, y es Emirates, ya no ceno nada en el aeropuerto.  Subimos al avión y al poco nos traen la cena.  Sale puntual, y todo perfecto, en este primer vuelo hasta Dubai, consigo echar una cabezada y dormir.  Lo malo es que de acompañante llevo a un chico o chica (difícil saber su sexo) joven que no para de estornudar, y estamos todo el rato con la tontería del contagio de algún virus.

 

En el aeropuerto de Dubai se hace un coñazo la espera, aprovecho para tomarme un café, y ya en la sala de espera vemos que aparece Pepe Reina con su mujer, que va a ir en nuestro vuelo, de hecho hay gente que se le acerca a pedir alguna foto o autógrafo.  Subimos al último vuelo y en este último traslado ya no puedo dormir, así que me dedico a jugar a la play o ver alguna película. Al lado de Miguel se sienta un chico australiano, que hablando con él, le dice que va a Getafe, y como yo voy a Alcorcón que está al lado, pues ya le dice que se me acople luego en el metro.  Que tío!

 

Llegamos a Barajas puntual y vamos por las maletas, no estoy muy cansado para tantas horas de vuelo y con cambio horario incluido y demás.  Tampoco tengo hambre, nos han dado de comer dos veces en cada vuelo, y encima le dije a mama que me hiciera comida.  Al recoger las maletas me agobio un poco porque la mía aparece de las últimas de todas.  Voy para el metro acompañado del muchacho australiano, que no para de hablar todo el rato, me viene bien para ir practicando algo de inglés.  Decidido, me voy a apuntar a alguna academia después del verano, tengo que mejorar mi inglés ya, si o si.  No pasa ya de este año.

 

 

Y aquí se acaba esta aventura, una más.  Y una aventura genial más.  Bonitos lugares e inmejorable compañía.  Qué suerte tengo.

domingo, 2 de junio de 2013

DIA 15 - 01 JUNIO 2013 – Hong Kong –



Suena el despertador a las 08,45 h. Hemos descansado muy bien.  Desayunamos lo que habíamos comprado el día anterior y nos preparamos Miguel y yo para ir hacia la isla de Lantau.  David no nos va a acompañar, él se va a quedar en el hotel y mirando unas cosas en las tiendas puesto que se tiene que regresar él hoy y así aprovecha. Vuelve un día antes ya que no pudo cogerse también el lunes y debe regresar hoy por la noche, mientras que Miguel y yo nos quedamos un día más.

 
 

Vamos al metro Miguel y yo y cogemos la línea roja dirección hacia el aeropuerto, puesto que vamos a la isla de Lantau a ver por la mañana el gran buda Tian Tian y también el Monasterio Po Lin que está al lado.  Lo de la tarjeta Octupus está genial, la recargas y vas pasando con ella cada vez que entras al metro, y cuando sales te dice el dinero que te queda, además te cobra por parada, si vas una parada no es lo mismo que tres paradas y así sucesivamente.  También se puede pagar con esta tarjeta Octopus en museos, o incluso en el supermercado y en el Mcdonalds.  Es una muy buena idea. Al devolverla te devuelven parte como fianza.


Ha amanecido soleado de nuevo.  Bastante calor y despejado.  Mucha gente de la ciudad lleva puestas las mascarillas y es que es verdad que hay bastante tema de malos olores, contaminación, mucha aglomeración de gente. 

 

 

En el metro van muchos niños y eso es porque en esa dirección en la que vamos, y solo una parada antes se va al Disneyland de Hong Kong, atracciones similares al europeo para que los niños puedan divertirse.  Hay muy poca gente aquí que vista normal, no tienen sentido del gusto, de la combinación de la ropa, igual para los complementos, los peinados, no se, pero sobre todo la gente joven es un poco estrafalaria.  También es cierto que muchas veces no sabes discernir la edad de la gente joven, entre nosotros muchas veces discutimos sobre si podía ser mayor o menor de edad, es complicado.


Llegamos a la isla de Lantau en el metro, la última parada de la línea roja, Tung Chung, de hecho estamos cerca del aeropuerto, ya donde se acaba Hong Kong.  Salimos fuera y está bien indicado donde ir a coger el teleférico, que debemos tomar para ir a ver el buda, puesto que está entre las montañas. 


Hay una fila grande de gente para coger el teleférico, y es que es cierto también que hoy es sábado y habrá mas gente que vaya de visita.  Media hora de cola, que avanza fluida para comprar los tickets, 270 Hong Kong dólares, cogemos la entrada básica, porque había otras que incluían más cosas o atracciones que hay montadas por allá. 


No he comentado que la moneda aquí es el HKD (hong kong dólar) y aproximadamente la relación seria:  1 euro = 10 HKD

 

 

Tras obtener el ticket vamos a pasar el torno para subir al teleférico, e igualmente va rápido porque hay muchas cabinas, son muy constantes.  Sinceramente no recuerdo la última vez que subí a uno.  Montamos y ya se va viendo la altura y el recorrido entre las montañas.  Tardamos unos 20 minutos en llegar al destino, y las vistas son espectaculares, se ve el aeropuerto entero, que bien estructurado está.  Y de repente al superar una montaña, ya cuando estamos llegando se ve el Gran Buda Tian Tian.  Está construido en lo alto, entre las montañas, imponente, de gran tamaño. 

 

 

Nos bajamos en la Village Ngong Ping, y allí hay muchos puestos para comer, atracciones, pero nosotros vamos directos hacia el buda.  Hace bastante calor, y para acceder al buda hay que subir una tirada larga de escaleras.  Aún es temprano y no hay tanta gente por allí, y así es mejor.  Cuesta la subida de la escalera, mas que nada por el calor. 

 

 

Una vez arriba nos hacemos unas fotos, hay unas vistas espectaculares, solo se ven montañas, eso ya es todo China, en su enormidad.  Hay un puesto para comprar detalles y recuerdos típicos, como en cualquier lugar turístico.  Regresamos de bajada y vamos hacia el Monasterio Po Lin, que está al lado.  Pero enseguida vemos que está todo lleno de andamios y no se puede apreciar bien, de hecho al acercarnos vemos que ni siquiera se puede entrar ya que está totalmente en obras.

 

 

Una vez finalizada la visita, como tenemos algo de hambre, antes de coger el teleférico de vuelta, pasamos por un Subway y nos comemos un menú de bocadillo y bebida, con patatas fritas, la verdad es que entra de lujo y está bien bueno, y de precio económico.

 

Nos subimos de vuelta en el teleférico y llegamos de regreso al metro, donde damos una llamada perdida a David para que sepa que estamos yendo hacia el hotel, que era como habíamos quedado, y así vernos allí.  Ya es mediodía cuando llegamos al hotel y nos encontramos con David, que nos dice que acaba de volver justo de un mercado y ha hecho alguna compra, unos cascos enormes.


 

Bajamos para ir al mercado que hay cerca, que nos deja incluso el bus del hotel al lado, que es el Ladies Market, que es de todo.  Hay muchos puestos en plan mercadillo, con todo: ropa, souvenirs, etc.. Aprovechamos para coger alguna cosa de recuerdo y luego aparte miramos algunas tiendas de alrededor de electrónica.  Aquí son más baratos todos los chismes de electrónica, tanto cámaras de fotos, como móviles, como todo lo relacionado con ordenadores, etc.  No es que sea la diferencia abismal, pero si que se nota en muchas cosas, según dicen David y Miguel, porque yo no entiendo mucho de precios de Ipads y demás. 

 

 

Después de echar alguna ojeada, regresamos hacia el hotel, para picar algo antes de que nos despidamos de David, puesto que a las 18,00 h. coge el bus hacia el aeropuerto. Cuando vamos en el bus de regreso al hotel, de repente vemos a mogollón de gente junta en la calle mirando hacia un lugar, nos fijamos y hay una persona colgada de una ventana, no sabíamos muy bien al principio porque lleva una pancarta y está escrito en chino, pero tiene toda la pinta que amenaza con lanzarse, porque hay un par de personas en las ventanas de ambos lados con casco, que serán bomberos o policías, intentando supongo disuadirlo.  Que cosas.  Nos metemos en un Mcdonald para comer rápido un menú e irnos al hotel, David recoger la maleta y bajar a despedirnos de él.  Se sube al bus y nos entra mucha penilla al verle partir, ya se acerca el final del viaje, se ha pasado muy rápido, como siempre, todo lo bueno se acaba.

 

 

Aprovechamos para subir al ático y estar un buen rato en la piscina, además hay Wifi rápido y así puedo escribir algo, darnos un baño, organizar lo que nos queda de visita al día siguiente en Macao, y descansar.  Cuando ya queda poco para que cierren la piscina, bajamos al dormitorio a ducharnos, descansar un poco y organizar la maleta.  Salimos a comprar el desayuno del día siguiente y unos sándwiches y alguna cosa más para cenar.

 

Como estamos cansados y el día siguiente nos espera un vuelo de regreso muy largo, nos vamos a la cama temprano.  Son las 23,30 h.
 

DIA 14 - 31 MAYO 2013 – Hong Kong –



Nos cuesta levantarnos ya que estábamos cansados y lo hacemos un poco mas tarde de las 10,00 h.  Lo primero es acercarnos al 7 eleven que hay en la esquina para coger algo y desayunar ya que tenemos hambre. 

 


En el hotel nos explican que tienen un autobús gratuito ellos que sale cada 15 minutos y te deja justo en el centro (del lado de la península digamos, de la zona de Kowloon). Cogemos dicho bus y nos acerca a Tsim Tsa Tsui, y nos ponemos a ver lo que hay en este lado de la bahía. Lo primero que ya se observa es la gran cantidad de rascacielos y edificios altos, pero no solo que sean hoteles, sino también los bloques de viviendas son así. Ya que Hong Kong es pequeño, y no había mucho terreno para poder edificar, se pusieron a construir a lo alto absolutamente todo. 

 

 

Se divisan varios museos juntos y con una edificación muy moderna, son el Museo de Arte y el del Espacio, y además esta el Centro Cultural junto a ellos.  Hace un calor insufrible.  Hay un paseo que recorre la bahía que es la Avenida de las estrellas y desde ahí se puede divisar todo el Skyline de edificios al otro lado, en la parte de la propia isla.  Se llama Avenida de las estrellas porque en el suelo aparecen las estrellas y las manos puestas (similar al de Hollywood) pero con actores asiáticos. Por supuesto apenas conocemos a unos cuantos: Bruce Lee, Jet Li, Jackie Chan..

 

 

Un poco más adelante hay una estatua de Bruce Lee muy chula.  Hace un calor terrible por lo que pillamos unos zumos frescos y así aprovechamos para coger un poco de aire en la tienda.  Hace mucho calor fuera, pero en las tiendas, metros, pasadizos, está puesto el aire acondicionado, que es relajante, pero un contraste peligroso. 

 

 

Parece que David no anda bien del estómago, no sabemos si algo le sentó mal de comida o simplemente gases o algo así.  Aquí también se conduce por la izquierda y los vehículos tienen el volante a la derecha.  Pero apenas hay tráfico, con toda la cantidad de gente que hay, muy pocos coches, y eso es porque todo el mundo usa el metro o transporte público porque hay muchos buses (de una y de dos plantas), también he visto tranvías..

 

 

Luego visitamos la Clock Tower, torre del reloj que es algo fea, pero es que por lo visto de las construcciones más antiguas que quedan de los inicios. Cogemos el metro y cruzamos a la isla, al otro lado, nos bajamos en Admiralty.  Lo curioso que vemos es que todos los edificios y todas las zonas están comunicadas a través de pasillos, bien subterráneos o elevados, con carteles indicativos.  Es decir, la gente no va por la calle, por el exterior, pero claro, eso si te lo conoces bien, porque nosotros vamos fijándonos pero a veces nos liamos. 


Llegamos a la torre del banco de china, el 3º edificio más alto de Hong Kong y de los más bonitos. Leímos que se podía subir gratis hasta la planta 43 y así hacemos. Entramos y nos ponen una tarjeta de visita y subimos en el ascensor hasta dicha planta, hay vistas de Hong Kong desde lo alto, pero solo desde un lado, lástima.

 

 

Salimos a la calle y paseamos por los edificios impresionantes de alrededor, todos enormes, las torres Lippo, el HSBC (banco importante)… Varias curiosidades de los hongkoneses: no sudan, con el calor que hace, que es terrible, y muchos con trajes, que me da algo con solo verles.  Otra cosa, todos van con sus teléfonos, tablets o similares en el metro, todos! Cada uno a su bola, hablando con los cascos con su móvil, escribiéndose por el wasap, jugando, pero todos ensimismados, parece una película.

 

 

Seguimos caminando y vamos a ver el otro edificio alto de este lado, la torre IFC. Nos movemos por los pasadizos y te vas encontrando tiendas, incluso a veces centros comerciales dentro de los propios subterráneos, es increíble.  Está la tienda de Apple justo debajo de la torre IFC por lo cual David que tenía pensado comprarse un Ipad, entramos a mirar.  Le cuadra el precio y va a tiro hecho, y se lo compra directamente. Llegamos por fin a la torre IFC, el 2º edificio más alto de Hong Kong, también se puede subir gratis hasta la planta 55, nos dan otro pase identificativos.

 

 

Cuando subimos, las vistas son mucho mejores desde aquí, se puede ir dando la vuelta y tener diferentes perspectivas de la ciudad, toda la bahía se ve genial. Además se ve espectacular el edificio más alto de Hong Kong, de reciente construcción, que está al otro lado, en Kowloon. A este lado de la isla ya no se va a poder construir ningún edificio más alto, porque nada puede ser de mayor altura que el Peak, el pico Victoria. Por eso que se fueran al otro lado a construirlo.

 

 

Salimos de la torre del International Finance Center (torre IFC) y ya es mediodía y buscamos un lugar para comer.  Teníamos pensado ir a la zona del escalador, ya que teníamos anotado que por esa zona está llena de sitios para comer y tomar algo. Y también mucha zona de tiendas.  El escalador es una escalera mecánica enorme, que hace que vayas pudiendo subir desde la zona más baja de la ciudad, poco a poco hacia la zona más elevada.  Está muy bien pensado, y a los márgenes, a ambos lados, hay tiendas y lugares de comer y pubs.  Paramos en uno de ellos a comer que tiene buena pinta y me pido un Souvlaki, unas brochetas de carne variada (cerdo, ternera, cordero), con ensalada y para entrantes los tres unos panecillos con unas salsas riquísimos.

 

 

Me sienta de lujo y me quita el apetito y David que ya está mejor del estómago, puede comer también.  Al terminar nos toca ahora subir al Peak. Como ya estamos a media subida, nos acercamos a una parada intermedia que tiene el tranvía.  Es como un tren cremallera que sube hasta arriba muy inclinado porque es una subida fuerte en poco espacio.  Las vistas en cuanto vamos subiendo, van mejorando, el Pico Victoria es zona verde y te vas alejando y subiendo para tener unas vistas de la ciudad increíbles.  Por lo visto suele subir la gente más al atardecer, nosotros estamos yendo antes, serán las 16,00 h. aproximadamente.

 

 

Ya una vez arriba disfrutamos de las vistas, nos paramos a tomar un café y unos zumos desde un mirador, para hacernos unas fotos y poco después bajar en el tranvía.  Al llegar abajo, la cola de gente que hay para subir a esa hora es alucinante, para ver el atardecer, menos mal que nos libramos.  Poco a poco vamos regresando, pasamos por la Catedral de St. John, que está en obras y no se puede ver bien.  Y llegamos hasta el metro de nuevo para cruzar al otro lado, ya que nuestra intención es ver la Sinfonía de las luces, que es un espectáculo que hay en la avenida de las estrellas a las 20,00 h. cada día. 

 

 

Cuando entramos al metro, de repente parece que hay una estampida de gente.  No hay un solo hueco para pasar, todo lleno de gente y cada uno para cada su lado, y nadie se choca, es alucinante. Parece el rodaje de una película, como un hervidero de hormigas. Bajamos a nuestro metro y está abarrotado, de hecho el andén esta repleto y gente haciendo cola para los próximos.  Me recuerda a Madrid en hora punta.  Y menos mal que pasan cada 2 minutos los trenes, aún así, tienen que pasar 3 metros hasta que podemos avanzar y subir, y por supuesto, apretados como latas de sardinas, menos mal que solo es cruzar al otro lado, una parada.

 

Llegamos con tiempo de sobra y ya va empezando a anochecer y se van iluminando poco a poco los edificios.  Se ven todas las marcas, no falta ni una: Panasonic, Samsung, Nokia, Sanyo… Cogemos buen sitio para poder ver el espectáculo y vamos haciéndonos unas fotos.  Aquello se va llenando de gente constantemente, hasta que se acerca la hora y por megafonía te dicen por inglés que va a comenzar. 

 

 

Dura 20 minutos y el único edificio que mola un poco el juego de luces que hace es la Torre del Banco de China. Ponen música de fondo, hacen algún movimiento curioso, pero en general queda algo decepcionante, mas que nada porque te da la sensación que daba mas juego y que se podía sacar más partido con lo que había.  Lástima.  Aún así está bien haberlo visto.

 
 

Regresamos desde allí mismo con el autobús que pone el hotel que justo a y media salía de vuelta uno.  Y vamos a darnos un baño relajante a la piscina del ático del hotel.  Al ser de noche, está iluminada, no hay nadie, y se está de lujo, está el agua caliente y nos sienta de maravilla.  Media hora de baño y vamos a ducharnos a la habitación para luego bajar a cenar por los alrededores.


Nos metemos en un sitio que tenía buena pinta y el precio de la carta fuera no estaba mal, pero luego a la elegir la comida, no es que sea muy allá que digamos.  La carne bien, pero la sopa tenía mucha verdura y no me gustaba el sabor.  De regreso aprovechamos para comprar en el 7 eleven el desayuno para la mañana siguiente, como tenemos nevera, podemos meter zumo y café allí.  Subimos a descansar un poco antes de acostarnos.   Ha sido un día completo e intenso, de buen tute, y viendo mucho de la ciudad.  Nos vamos a dormir a las 00,00 h.

DIA 13 - 30 MAYO 2013 - Desde Ubud (Bali) hacia Hong Kong –



Tras descansar de lujo la última noche en Ubud, suena el despertador a las 08,00 h. El plan de hoy es ir a hacer las compras por la mañana hasta que nos recoja Riasa al mediodía para llevarnos al aeropuerto.  Iremos al mercado, que es muy grande, para ver cosas y a regatear y comprar.  Tenemos que gastar las rupias que nos quedan, apartando el dinero que más o menos nos llevará el tema de comer.

Bajamos a desayunar y me pongo hasta arriba, como estos últimos días aquí.
Es genial poder estar rodeado de naturaleza, junto a la piscina, mientras te tomas tu desayuno.

 

 

Dejamos preparadas las maletas, y vamos al mercado a hacer las compras, tenemos unas 3 horas ya que hemos quedado con Riasa a las 13,30 para llevarnos al aeropuerto. El avión sale algo antes de las 18,00 h. pero se tarda unas dos horas en llegar desde Ubud al aeropuerto, para así poder ir con tiempo.


El mercado está poniéndose en marcha cuando llegamos, hay muchos puestos de todo tipo: souvenirs, ropa, cuadros, cerámicas y mucha variedad. El problema es que no paran de llamarte y molestarte, no puedes ver nada tranquilo, porque están encima tuya constantemente.  No hay precio en nada, tienes que andar preguntando y ya solo por eso se piensan que quieres comprar, y te empiezan a bajar el precio, es un constante regatear, hay que tener mucha paciencia y ganas, y gustarte ese “juego”.

 

Yo voy directo a comprar las cosas que tenía pensadas con el dinero que me sobraba y me quedo con algo para luego por si acaso, además hay que comer también alguna cosa antes de ir al aeropuerto o una vez allí.  Al final David, tras muchos dimes y diretes, se decide a comprar un cuadro que llevaba buscando todo el viaje, al final ese le gustaba, y tras una ardua pelea y rebaja, se lo queda.

 

 

Tras las compras regresamos al hotel con un calor asfixiante; antes pasamos por el supermercado a pillar alguna cosa. Hoy ha amanecido con el día muy claro y con el sol pegando fuerte. Como hay un paseo hasta el hotel, aprovechamos para antes de hacer el check out, darnos una ducha.


Tras la ducha bajamos a recepción y pagamos la cuenta.  Al poco llega Riasa, antes de lo que habíamos quedado, y ya subimos las maletas y nos despedimos de Ubud y casi ya también de Bali.  Ha sido todo un acierto el alojamiento allí, y buen lugar para partir y hacer las rutas por el resto de la isla.


Vamos comentando con Riasa un poco de todo, veo el ajetreo de la locura de las motos, ya uno se ha acostumbrado a conducir por la izquierda, y llevar el volante en la derecha, no se si lo había comentado antes, pero aquí se mueve uno de esa manera.

 

 

Llegamos al aeropuerto con tiempo de sobra.  Ahora que lo veo de día me doy cuenta que está en obras, dice Riasa que lo están ampliando.  Nos despedimos con unos fuertes abrazos de nuestro guía, también todo un acierto, totalmente recomendable.  Y nos metemos al aeropuerto, aún es pronto y no está señalado siquiera nuestro vuelo.  Pero como hay WIFI en el aeropuerto aprovechamos y también, con las últimas rupias que nos quedan, comemos unos sándwiches y unas hamburguesas.


Al final nos comentó Riasa que hay que pagar para salir de país unas tasas, cosa que no contábamos, por lo que tuvimos que separar ese dinero para abonarlo en el aeropuerto.  Una vez ya aparece nuestro vuelo donde se puede facturar las maletas, vamos allí y ya nos dan nuestros billetes y pasamos el detector y abonamos las tasas de salir del país.


Hacemos tiempo sentados en el suelo, hasta que aparece donde está nuestra puerta de embarque para ir allá y subirnos a nuestro avión de Hong Kong Airlines.  Parece que irá lleno, porque hay mucha gente allí, todo chinos.  Apenas hay gente occidental.

 

 

Subimos al avión y nos toca en la zona de delante, en la parte central que son asientos de 4 personas, nosotros tres y una chinita en la otra esquina.  Me estoy dando cuenta de primeras ya que los chinos gritan mucho, hablan muy deprisa y muy alto, y todos a la vez, en un rato ya me han puesto dolor de cabeza, además son muy maleducados y muy cerdos.


Salimos en hora, intento echar una cabezada y cuando parece que voy cogiendo un poco el sueño, vienen a darnos la comida.  Es pollo con arroz y verdura, que no está muy allá, el pollo y el arroz si, que es lo que como.  Luego aparte zumo de naranja, la fruta que si me como y una cosa que no sé que es que no me gusta.  Ya posteriormente me cuesta volver a dormirme, así que paso el rato viendo una película, Ratatouille, en inglés, y con varios juegos: tetris, etc.


Tampoco es cuestión de dormir todo el rato, puesto que llegaremos a Hong Kong a la hora de acostarse, a ver si luego no voy a poder dormir.  El avión llega sobre las 22,30 h. y vamos directamente a por las maletas tras pasar por el control de pasaporte típico.  Recogemos las maletas y directos al metro, como ya tenemos la tarjeta Octopus, entramos directamente y el Airport Express y enlazamos con el metro para ir a la línea roja hasta la estación donde esta nuestro hotel.

 

 

Cuando vamos a salir del metro la tarjeta no nos deja y es que tenemos que recargarla porque se nos acabó el crédito, por lo que le metemos dinero.  Salimos del metro y vamos hacia el hotel.  Menuda bofetada de calor según sales a la calle. Tras caminar unos 10 minutos con las maletas llegamos al hotel Metropark, no está al lado de la boca de metro.  Es un hotel enorme, de 4 estrellas, y tiene muy buena pinta, de estos que los botones te abren la puerta de entrada al llegar.  En recepción nos dan las tarjetas de la habitación, nos explican lo básico y la clave Wifi, subimos al dormitorio y está bien, nos gusta.  Además tiene piscina en el ático que cierran a las 22,00 h.  Guay. Nuestra habitación está en la planta 14.


Ya es bastante tarde por lo cual nos damos una ducha y a dormir, que hay que descansar para ir a patearse la ciudad al día siguiente.  Lo poco que he visto de la ciudad, puesto que era de noche, es que hay edificios muy altos y muy poca gente a estas horas de la noche por la calle. Nos acostamos sobre las 01,00 h.