Puse el despertador bien pronto, a las 07,00 h puesto que
nuestro guía viene a recogernos una hora después y hay que desayunar antes y
tengo hoy que afeitarme después de la ducha.
He descansado y dormido genial.
Pongo el mapa de nuevo, para que se pueda ir siguiendo la ruta que vamos pasando, hoy iremos zona nor-este:
Desayunamos en la terraza de la recepción, es muy agradable
la temperatura, hace fresco. Nos ponen de todo: fruta variada (mango, piña,
sandía, melón), zumo de naranja, café con leche y tostadas. Mientras estamos empezando a devorarlo
aparece nuestro guía allí, 15 minutos antes. Nos dice que le gusta llegar con
tiempo, pero que terminemos tranquilamente.
Se llama Riasa, y tras mirar por foros de viajeros mucho tiempo, de los
guías que hablaban en español, era el más recomendado por todos.
Terminamos, nos preparamos y salimos a la hora establecida,
las 08,00 h. Es un monovolumen color blanco, Toyota, amplio, de 5 plazas y gran
maletero. Nos subimos y ya rápido empieza a hablar y contarnos. Tiene un
español muy fluido, lo estuvo estudiando aquí nos dice, y estuvo también una
semana en España. Casi todos sus clientes son españoles, el 80%, y en seguida
el muchacho te gana. Es muy simpático y gasta bromas constantemente, hasta se
nota que está al día de lo nuestro, porque tan pronto comenta algo de
Paquirrín, como del yerno del rey. Es un personaje muy peculiar.
La primera parada que hace es los arrozales de Tegalalang,
que llegamos rápido, en media hora. Son arrozales en forma escalonada, que
están en su mayor parte ya recogidos. Está algo nublado y quizás nos vaya a
fastidiar el tema de la luz para las fotos. Todo por aquí es verde, muy verde
de hecho, tiene muy buen aspecto.
Subimos al vehículo para seguir con la ruta, a la siguiente
parada. Aprovechamos para irle preguntando de todo a Riasa, no para de hablar,
disfruta. No dejamos nada de preguntarle, sobre el país, la cultura, estudios,
sanidad, trabajo, religión, familia, política, cosas que vamos viendo y no
entendemos. Te lo contesta absolutamente
todo, está muy preparado. Según vamos si hay algo que nos gusta o queremos
hacer foto, nos para el vehículo o bajamos un momento para hacernos
fotografías. Como por ejemplo por unos campos muy verdes que son preciosos y le pedimos que nos pare un momento.
Al poco rato también llegamos al Templo Tirta Empul, donde
hay que pagar 15,000 rupias. Es algo simbólico, porque no llega al euro y pico.
Nos hace poner una especie de pareo para colocárnoslo en las piernas, es
obligatorio para todos los templos. Es genial porque ya lo lleva preparado en
el maletero, como también lleva botellas de agua frescas, y toallitas húmedas.
Está perfectamente equipado.
Nos colocamos “las faldas” y entramos al templo. Según nos
explica aquí viene la gente a purificarse, son manantiales, donde hay
chorros de agua, la gente entra y se moja completamente por esa agua que viene
de las montañas y que es sagrada, incluso sanadora, según dicen.
Luego aparte de los manantiales, vemos también el templo en sí. Lo que si hay es mucha gente en cada sitio intentando
venderte postales o algún souvenir o algo de comida o bebida, muchas veces son
niños o niñas.
Terminamos la visita y nos subimos a continuar el trayecto
hacia el bosque de bambú, que está también muy cerca. Lo ha organizado muy bien para ir enlazando
unas cosas con otras cada poco rato y así es mucho mejor. Detiene el vehículo en medio del bosque, que es
inmenso, muy denso, bambú altísimos, y nos explica para que se utiliza y demás.
Nos enseña un lugar donde hay unas lianas para colgarnos un poco y hacer el
ganso.
Después de pasar por el bosque de bambú nos dirigimos a Penglipuran,
o también ahora conocido como pueblo de Pekín Express, y es que ahí se estuvo
rodando el programa, en la segunda edición.
Entramos en alguna de las casas del pueblo, también tuvimos que pagar
una entrada de 15,000 rupias. Nos
explica como viven familias enteras, pero hasta de 14 personas, vemos como en
el interior de cada casa, están las diferentes estancias y cada casa tiene su
propio pequeño templo para rezar o también sus animales.
Empieza a chispear un poco mientras estamos en el pueblo y saca unos
paraguas Riasa que lleva en el coche, no le falta nada.
Salimos del pueblo y continuamos con nuestro camino, hacia
Kintamani, que es la ladera donde está el volcán Batur, por lo visto unas
vistas espectaculares ya que también al pie hay un lago, pero según vamos subiendo
con el coche, hay una niebla densa que hace que no se pueda ver el paisaje, y
tenemos que pasar de largo. Es una lástima, aunque nos dice nuestro guía, que
si mañana o pasado, que son los otros dos días que tenemos también de rutas, el
tiempo esta claro, iremos a recuperar esta visita. Ya que vamos a un buen ritmo.
Nos desviamos hacia la siguiente parada de la ruta, las
carreteras son todas serpenteantes, pequeñas, entre pueblos, pero que hace que
lo que veamos sea mas agradable, mucho más bonito. El siguiente destino es el Templo madre
Besakih, el más importante de los templos de la isla, un complejo que a su vez
se compone de 22 templos. Pagamos de
nuevo la entrada correspondiente de 15,000 rupias y accedemos por una
escalinata al patio central y desde ahí caminamos y vemos los diferentes
templos. Riasa nos cuenta la historia del templo, como hace con cada cosa que
vamos viendo, de cuando se construyó, cómo, le gusta mucho detallarlo, tirar de
mitología y religión. Paramos un poco a
descansar.
Sigue nublado y de cuando en cuando caen algunas gotas y
vuelve a parar, ya nos dice el propio Riasa que en esta época del año aquí esto
no es normal, parece que no hemos tenido suerte. Cogemos de nuevo el vehículo y
ya nos dirigimos a comer, ya hay hambre y con tanta visita y demás no me doy
cuenta que ya son las 13,00 h.
Riasa nos acerca para comer a un lugar que según entramos
nos quedamos alucinados, de las vistas que tiene, está en Sidemen. Es un restaurante que tiene todas las mesas
al aire libre y con unas vistas espectaculares de unos bancales de arroz, y al
fondo imponente el volcán Agung, que es la cima más alta de la isla, 3.142 metros , y un
volcán, que aunque esta activo, lleva dormido muchos años. Vamos a coger la comida, de buffet y con una
variedad inmensa, me lleno el plato de todo: arroz, carne, noodles, patatas,
hasta tortilla. Al terminarlo vuelvo a repetir, y luego además algo de fruta y
un café. Riasa tiene que comer separado de nosotros, puesto que los turistas no pueden comer en el mismo lado que la gente de allí.
Tenemos la suerte que según estamos comiendo se va disipando
la niebla y se va viendo mejor el volcán, es grandioso. Salimos del buffet ya con la tripa llena y
justo nos va a enseñar fuera un murciélago que hay subido a un palo, es
enorme. Coge un poco de sandía para
darle de comer y menudo bicho, como se zampa la comida, aunque a mi me da un
poco de asco los murciélagos, y este es muy grande.
Cogemos el coche para ya empezar a regresar a Ubud, y ver un
par de cosas más en la ruta de hoy. Lo primero es pasar por un puente de
madera, donde paramos a hacer unas bonitas fotos, con el verde, la montaña, un
río abajo que cruza, incluso hay gente que se baña desnuda nos dice Riasa, y es
cierto, porque vemos a alguno.
Ahora ya hace mejor tiempo, incluso parece que se despeja el
cielo en muchas zonas, hoy ha sido al revés que nos ha pasado en días
anteriores, que hacia claro por el día y se ponía lluvioso cuando
atardecía. Luego pasamos por Klungklung,
donde está el Palacio de Justicia de Kerta Gosa, aunque ni siquiera paramos
puesto que está en muy mal estado de conservación y no merece la pena nos
indica. Es cierto que desde fuera no
parece gran cosa.
Nos dirigimos al último punto de interés del día, la cueva
del elefante de Goa Gajah que está en Bedulu, ya cerca de Ubud. Pagamos las 10,000 rupias de la entrada y
vamos a visitar la cueva, que es muy pequeña, pero que la forma que tiene en la
entrada es fascinante. Vuelve a
relatarnos la historia mitológica de dicha cueva, y regresamos al hotel, que
está apenas a 10 minutos de esta cueva.
Hemos regresado sobre las 17,00 h por lo que ha sido un día
intenso que ha dado tiempo a ver muchas cosas y que se ha pasado muy ameno y
bien rápido. Riasa genial, el único pero el tema de la niebla que nos fastidió
un poco en la ruta, pero por lo demás ha salido todo fantástico y estamos muy
contentos con la elección del guía y la organización. No lo he comentado pero
el precio que nos cobra Riasa es 45 euros el día, a los tres, es decir, que
tocaríamos a 15 euros por persona, tenerle el día completo, mas las
explicaciones, la gasolina, el agua, etc.. A mi me parece inmejorable.
Como hemos llegado temprano, decidimos darnos un masaje aquí
en el hotel, que el precio era económico y vimos las salas y tenían muy buena
pinta. Dura una hora y son unos 6 euros
aprox. Es un masaje diferente al de
Thailandia, este es más relajante, no dan tanta fuerza como allá, y a mí me
gusta, desde los dedos del pie hasta la frente, un masaje completo. Ya estoy como nuevo. Habrá que repetir otro día.
Subimos a las habitaciones, una ducha y un poco de relax,
porque ya al terminar el masaje ha anochecido.
Bajamos a cenar a un sitio que nos recomienda Riasa y picamos algo ligero, tampoco mucha cosa, ya que nos vamos a acostar en breve. El sitio es agradable. Seguimos notando que Ubud es muy tranquilo, a partir de que anochece ya no se ve a nadie por las calles, todos se van pronto a la cama.
Lo que hay que tener es mucho cuidado andando por las calles, ya que hay poca iluminación, está todo muy oscuro, y están las aceras en muy malas condiciones, muchos agujeros y rendijas, que puedes pisar mal o torcerte un tobillo. También se ven constantemente lagartijas, alguna rana, cucarachas, mucho bicho, hay mucha naturaleza, por lo cual es inevitable.
Llegamos al hotel y reposamos un poco antes de acostarnos, ha sido un dia largo y hay que descansar para poder continuar el día siguiente viendo más cosas. Me duermo sobre las 00,00 h.
Lo que hay que tener es mucho cuidado andando por las calles, ya que hay poca iluminación, está todo muy oscuro, y están las aceras en muy malas condiciones, muchos agujeros y rendijas, que puedes pisar mal o torcerte un tobillo. También se ven constantemente lagartijas, alguna rana, cucarachas, mucho bicho, hay mucha naturaleza, por lo cual es inevitable.
Llegamos al hotel y reposamos un poco antes de acostarnos, ha sido un dia largo y hay que descansar para poder continuar el día siguiente viendo más cosas. Me duermo sobre las 00,00 h.
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