Nos levantamos temprano y vamos al aeropuerto tras pasar por
el supermercado a comprar zumos y bollería para desayunar. Habíamos comprado la tarjeta Octopus, que la
vas recargando y te vale para picar en los trenes, metros, y esta muy bien
porque como volveremos a Hong Kong tras la estancia en Bali, así nos vale para
luego.
Esta compañía de Hong Kong Airlines es de menos calidad que
Emirates, tanto en el tipo de avión como en la comida que nos traen. Por lo menos vamos en la primera fila y así
de piernas vamos muy cómodos. Entre
cabezada y cabezada se pasa el trayecto, que no es grande, unas 4 horas.
La llegada a Bali desde el avión viendo el mar es
espectacular, además al aterrizar ves como la pista acaba directamente en el
agua. De hecho hace poco en las noticias
salió que un avión precisamente no le dio tiempo a frenar y acabó en el agua, sin
ningún trágico desenlace. Aunque nuestro aterrizaje es perfecto.
Al llegar al aeropuerto de Bali es muy curioso, porque no
tiene nada que ver con el resto de aeropuertos modernos y espectaculares, este
es muy sencillo, casi ni parece que pueda ser un aeropuerto. Lo único que para pasar el control de
pasaporte es una auténtica locura, nos tiramos casi una hora, hay muy poca
gente en los puestos, para tantos como somos. Hay que pagar por visado, por lo
cual ya aprovechamos para sacar dinero, rupias es la moneda de este país. Cogemos las maletas y al salir al exterior
bofetada de nuevo de calor seco.
Nada mas salir nos acechan de todos lados para el tema de
llevarnos en taxi, hay una barbaridad de ellos, me recuerda a cuando estuvimos
en Thailandia. Preguntamos a uno por el
precio para llegar al hotel y como no nos parece excesivo pues allá vamos. Al propio conductor le cuesta encontrar el
hotel y es que en esta zona donde nos alojamos estos días – Kuta – hay una
cantidad inmensa de ellos. Pero le
enseñamos la localización del mismo y finalmente llegamos a él. Muy curioso que allí no son Taxis… Son Taksi,
o eso pone arriba en el letrero.
Tras pasar por recepción, dejamos las maletas en la habitación
y ya ha anochecido casi, aquí oscurece muy temprano por lo que parece, y
amenaza tormenta porque vemos unos truenos.
Nos decidimos por ir a cenar que ya hay hambre, aunque sea temprano, ya
dejaremos la piscina del hotel para otro día.
Las calles están todas llenos de puestos, tiendas, orientado al turismo,
todos llaman tu atención. Es muy similar
a cuando estuvimos en Phuket, todo para el turista y mucha oferta para el
mismo, aunque tiene “mejor aspecto” que allá.
Incluso dando un paseo vemos un enorme centro comercial llena de tiendas
buenas y caras. También hay un Hard Rock
Café, uno de los puntos más conocidos de aquí.
También nos encontramos por el suelo, delante de muchos
establecimientos, en las aceras, como ofrendas, son como un cartón de forma
cuadrangular, y dentro hay flores y demás símbolos supongo representativos de
ellos. Hay que andar con ojo porque es
muy fácil encontrarse lagartijas, ranas en zonas verdes, hasta incluso en el césped
del hotel, por ahí correteando. Y cómo no, aparecen los molestos mosquitos para
estar dando por saco y dejarte los brazos y las piernas señaladas.
Nos decidimos por un lugar para cenar y pedimos un plato
típico de allí, con carne de ternera, arroz, curry, también pollo, muy rico
todo. Y luego un postre de helado para
rematar, que hace mucho calor. Nos
animamos y vamos a tomar algo antes de regresar, pasamos por un Pub deportivo,
que ponen partidos de futbol, rugby, etc..
Hay muchas banderas de equipos, entre ellas del Barsa y del Madrid en
cuanto a España. Me tomo una cerveza
Bintang, que me habían recomendado y sabe muy rica. Cuando la terminamos y queremos regresar,
empieza una tormenta muy fuerte, típica por estas zonas; la verdad es que ya
habíamos visto unos relámpagos hacía un rato cuando paseábamos por la
zona. Empieza a caer cada vez más
fuerte, así que nos tomamos otra consumición para hacer tiempo hasta que deje
de caer agua, o por lo menos lo haga más suave.
Un rato largo después parece que ya apenas cae agua, solo
chispea, y salimos rápido para el hotel, aunque ya el asfalto esta lleno de
charcos, las carreteras y aceras que no son muy buenas se acumula el agua y es
complicado no empaparse, de hecho tenemos que pasar por una callejuela para
acceder al hotel que esta annegada de agua, y no queda mas remedio que
mojarse.
Llegamos al hotel listos para
ducharnos e irnos a la cama a descansar.
No está mal para ser la primera noche en Bali. Eso sí, no se que pasa que todo el mundo te
ofrece de todo por la calle, sobre todo por la noche cuando pasas delante de
ellos te dicen siempre tema de drogas, hachís, marihuana.. ¡Que cosas! ¿Eso es
fama que tenemos los occidentales? Y es sobre todo curioso, porque aquí en Bali
el consumo de droga está altamente castigado, hay pena de muerte por ello, que lo
leímos en el avión en la información que nos pasaron.
Nos acostamos sobre la 01,00 h.
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