Decidimos levantarnos un poco más tarde de lo habitual, a
las 10,00 h. y vamos primero a coger algo al market para desayunar: un café,
unos bollos y zumos.
Cogemos las motos y esta vez nos dirigimos hacia zona
noroeste de donde estamos alojados, vamos a ver el templo de Tanah Lot, por lo
visto el más visitado de Bali, famoso sobre todo por el atardecer. Como a
nosotros no nos hace ir al atardecer, porque luego regresar en moto de noche no
nos parece y aparte seguro que está lleno de gente a esa hora, decidimos ir por
la mañana. De nuevo día soleado.
Ya voy en la moto como si hubiera conducido toda la vida,
cada vez más seguro e incluso disfrutando, así a ritmo tranquilo dándote el
aire de frente se agradece. Tardamos una hora u hora y media más o menos en
llegar al templo y de nuevo hay que pagar para entrar, pero económico una vez
más, esta vez 30.000 rupias.
Aparcamos las motos en el parking y entramos a verlo,
digamos que el templo en sí está un poco metido en el mar, dependiendo de cómo
esté la marea, pues para acceder a él debes caminar un poco sobre el agua. Igualmente al templo no se puede visitar por
dentro, por lo cual le rodeamos por todos los lados posibles para tener las
diferentes perspectivas y hacemos las fotos de rigor.
Vemos que continuando el acantilado hay como otro templo más
para allá y decidimos darnos el paseo por la zona. Está bastante mejor cuidada
la zona, se nota que es muy visitado.
Continuamos la linde del acantilado y las vistas es verdad que son
preciosas, el mar azota fuerte contra las rocas, el sol arriba y encima a favor
nuestra para hacer las fotos.
Vemos que continuando el acantilado hay como otro templo más
para allá y decidimos darnos el paseo por la zona. Está bastante mejor cuidada
la zona, se nota que es muy visitado.
Continuamos la linde del acantilado y las vistas es verdad que son
preciosas, el mar azota fuerte contra las rocas, el sol arriba y encima a favor
nuestra para hacer las fotos.
Paramos un poco en la sobra a beber la botella de agua que
compramos y descansar, antes de terminar la visita, supongo que esto al
atardecer debe estar hasta arriba de gente.
Como ya es más o menos mediodía pensamos en comer. Se nos
ocurre acercarnos a una zona que teníamos anotada de playa aquí cerca,
Jimbaran, para ir a comer y si nos gusta la playa pues ya aprovechar. Tardamos poco en llegar y justo entramos en
el restaurante Jimbaran Beach Club, tiene pinta elegante y pijo “en plan
Ibiza”, pero antes de entrar miramos los precios y no es caro, precio
medio.
Pasamos directamente al restaurante a comer, hay apetito,
con vistas al mar, la gente surfeando y unas bonitas olas. Pedimos y devoramos vorazmente todo, esta muy
rico, terminamos con el postre, y preguntamos y nos dicen que podemos hacer uso
y disfrute de la zona privada con hamacas balinesas, que dan acceso a la playa,
sin tener que pagar más, solamente por haber comido allí. Por lo cual genial,
además nos dan toalla y tiene ducha, así que decidimos pasar la tarde en la
playa para darnos un baño y relajarnos allí.
Nos pedimos un café y nos tumbamos a relajarnos en las
hamacas, además hay wifi gratis también.
Posteriormente nos bañamos en la playa, no hay mucha gente en el agua,
parece que aquí a la gente únicamente le gusta surfear. El agua está muy buena
y es divertido con las pequeñas olas que rompen. A tomar el sol y untarse crema a ver si uno
coge algo de color.
Mucho relax y mucha tranquilidad, a uno le da la sensación
de que está disfrutando de algo de lujo por un módico precio, parece algo para
ricos. Parece que poco a poco empiezan a aparecer nubes, por lo cual no se va a
poder disfrutar del atardecer, que también por lo visto desde allí en las
hamacas debe ser espectacular.
Vamos saliendo ya de Jimbaran pero antes de regresar y como
estamos justo al lado de una playa que nos recomendaron, pensamos en pasarnos a
verla, se llama Padang Padang y no tardamos nada en llegar con la moto. El acceso a la playa es a través de una escalera
de piedra muy guapo, y mas que una playa, sería mejor decir que es como una
cala, pequeña y bonita. De hecho hay un sitio ahí para cenar con mesas sobre la
arena de la misma, muy romántico.
Sin embargo el cielo esta ya completamente nublado, y no
será posible ver el atardecer en ningún lado, así que es mejor regresar porque
en breve empezará a anochecer y tenemos largo camino de regreso. Según vamos
volviendo con las motos hacia Kuta, empieza a chispear un poco, lo cual nos
asusta por si va a más, pero al final se queda en cuatro gotas, y en el fondo
se agradece por el calor que hace.
El último tramo ya antes de llegar al hotel lo hacemos
conduciendo de noche, pero con mucha tranquilidad y despacio porque no había
ninguna prisa, y no tuvimos ningún problema.
Hay que echar gasolina de nuevo, puesto que parece que consume bien,
menos mal que es muy barata, una botella de un litro 0,50 céntimos de euro al
cambio. Llegamos antes de las 19,00 h.
Nos damos una buena ducha, y salimos a cenar algo, repetimos
en el de la noche anterior con Ingrid, pero tenía muy buena relación
calidad/precio. El lugar se llama Warung Made.
Después de la cena, damos un paseo, vemos algunas tiendas de souvenirs
para echar un vistazo y nos tomamos un mojito antes de regresar a la
habitación.
Dejamos reservado excursión para hacer rafting al día
siguiente, por email, a través del guía que tenemos contratado para los días
que vamos a Ubud posteriormente. Nos
dice que nos vendrán a recoger temprano al hotel, a las 08,00 h. Nos llevan al lugar donde son los rápidos,
luego 3 horas de rafting, la comida también incluida por unos 30 euros por
persona, está muy bien de precio.
Como hay que madrugar, esta vez nos acostamos temprano, a
las 23:30 h tras escribir un poco.
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